Esta sección que he titulado como “historias increíbles” esta dedicada a relatos que según la ciencia más ortodoxa no han podido ocurrir. Hechos que se escapan a la comprensión humana. Acontecimientos tan extraordinarios y sorprendentes que han sido tachados como meras leyendas urbanas.
Y para comenzar no podría haber elegido otro caso que no fuera este. Se trata de una escalofriante historia acaecida allá por 1944 en Estados Unidos. Quizás por esta razón, por su lejanía en el tiempo, apenas he podido encontrar información al respecto. Todo cuanto he averiguado lo relato en estas líneas. Te agradecería muy, mucho que si tienes algún dato más que yo desconozco me lo hagas saber.
El hecho es que la historia me parece verídica precisamente por este motivo. Porque apenas ha sido divulgada. Al margen de las fuentes que son Javier Belmar y Paco Buitrago, a los que considero bastante honestos en lo referente a temas del misterio, entiendo que, casi por definición, las leyendas urbanas las conoce todo el mundo, sin embargo sobre este acontecimiento parece que se ha corrido un tupido velo.
Como iba diciendo la historia comienza en 1944 en un sanatorio para enfermos mentales de Estados Unidos. Hay que decir que por aquella época estaba surgiendo una nueva corriente de psiquiatras cuyas inquietudes y ansias por demostrar que no todo estaba estudiado no conocía límites. También cabe mencionar, para que te hagas una idea de en que ambientes nos movemos, que en aquella época la gran parte de la sociedad todavía repudiaba a los enfermos mentales.
El hospital en el que se desarrollan los acontecimientos se llamaba algo así como hospital estatal de “Brig Waiter”. (No se como se escribe exactamente porque el único sitio que he encontrado donde se hace alusión a su nombre es una grabación) y era una institución publica abandonada de la mano de Dios, de la justicia y de la propia medicina. Ni siquiera se lo denominaba como hospital psiquiátrico sino como penitenciaria psiquiatrita.
A este lugar iban a parar indigentes, personas con autismo profundo y como no, cumplían condena los asesinos y delincuentes que habían sido declarados como enfermos mentales. Y aun hay mas, la guinda del pastel, para regentar esta autentica casa del terror se escogieron a la “cream de la cream”, ciertos científicos alemanes que pidieron asilo político tras la segunda guerra mundial. Según el periodista John Miham del Washington Post, el mismísimo Josef Rudolf Mengele formaba parte de estos científicos, escondido tras el seudónimo de Robert Rosemberg.
Bajo este panorama en el que además los medios de comunicación tenían el acceso restringido a las instalaciones dichos científicos no necesitarían dar muchas explicaciones de lo que hacían con sus cobayas.
Los experimentos que atañen a este relato comienzan cuando el Doctor James Guillian, otro siniestro psiquiatra, desarrolla una sustancia farmacológica que inocula a los pacientes en un lugar concreto de la nuca. Esta sustancia provoca la súper estimulación de la glándula pineal, sacando del estado cata tónico a los pacientes que la reciben
Rosemberg y Guillian forman un equipo integrado por 48 personas, 18 enfermeras y 30 facultativos y se instalan en la segunda planta de la institución. Según un diario grabado por propio Doctor Guillian que se pudo rescatar, el 16 de Agosto inician el tratamiento en una persona que se encontraba en estado vegetativo. No se sabe nada de ella salvo que tenía 45 años.
La primera semana le administran 20 miligramos del invento sin resultado alguno.
La segunda semana le administran 40 miligramos y el paciente comienza a manifestar cierta actividad psicomotriz, moviendo los dedos de la mano derecha, flexionando ligeramente las rodillas y abriendo y cerrando los ojos.
En la tercera semana los resultados son espectaculares. El paciente puede erguirse y hace ademán de andar…
A los cuatro meses de tratamiento el paciente ya razona y gana conciencia. Se levanta al aseo y pasea por la habitación.
Todo se desarrolla a las mil maravillas sin embargo hay algo que chirría. Las enfermeras del tuno de noche han advertido que sufre algunos episodios de violencia espontanea provocados por pesadillas. Como medida cautelar se decide atar al sujeto a la cama pues se desconoce si puede representar un peligro.
Las grabaciones del Doctor Guilliam continúan así:
El paciente evoluciona sorprendentemente bien. Le estamos enseñando a leer, a escribir y a jugar al rugby. Ha desarrollado sus habilidades físicas y mentales.
El doctor Rosemberg y yo estamos muy contentos. Solo existe un detalle que no termina de gustarme. Las pesadillas violentas han crecido en frecuencia y en violencia.
Llegado a este punto el doctor Rosemberg decidió someter al paciente a hipnosis para intentar averiguar que le sucedía durante la noche y los resultados fueron estremecedores. El sujeto manifestó que en las horas de sueño le visitaban unos monstruos que lo despertaban, entraban en él y manipulaban su voluntad. Le obligaban a hacer daño a los demás.
Según parece estos monstruos odiaban a la raza humana porque esta se había apoderado de la Tierra que era su hábitat primigenia y los había condenando a vagar por una dimensión paralela.
Tan increíble historia hizo pensar a los científicos que probablemente el cerebro del paciente estaría dañado a causa de haber permanecido tanto tiempo en estado vegetativo.
El 18 de enero del siguiente año ocurrió algo terrible. La segunda planta del hospital estatal de “Brig waiter” sufrió uno de los episodios mas terribles que se han producido en el mundo de la psiquiatría. Así rezaba el informe policial que el inspector Murray redactó la noche de autos del 18 de enero de 1945:
El paciente, un hombre de 45 años, 85 kilos de peso y 1,75 metros de altura destrozó literalmente los barrotes de la cama de hierro donde permanecía atado. Literalmente arrancó la puerta de la habitación destrozando el picaporte y el pestillo de seguridad de la misma y se dirigió al dispensario donde se guardaban utensilios y material quirúrgico. La puerta de esta estancia también había sido violentamente arrancada de una manera difícil de explicar. Como si el hombre hubiera empleado una fuerza tan descomunal que al tirar del picaporte la hubiera sacado de la pared. Hecho este que, en 25 años de investigación policial, nunca he visto.
Una vez en el dispensario se hizo con una sierra quirúrgica y un bisturí de grandes dimensiones y a continuación entró en las sala del personal facultativo interno donde descuartizó, despedazó y desmenuzo a todo ser viviente que le salio al paso. Las dependencias de las enfermeras, celadores y médicos eran auténticos mataderos. Extremidades y vísceras colgaban de los biombos y en el suelo había tanta sangre que me manche los bajos del pantalón.
Algo curioso y desestabilizador es que la mayor parte de las extremidades de las 50 personas que fueron brutalmente asesinadas no fueron encontradas. Se buscó por toda la planta, incluso se le practicó un lavado de estomago al sospechoso y no aparecieron mas de una veintena de piernas y brazos. Ni siquiera encontramos los huesos.
Otro de los aspectos extraños del caso fue el hecho de que además de las heridas producidas por las armas arriba mencionadas, la mayoría de las victimas estaban mordisqueadas, con algunas partes como arrancadas de cuajo por las fauces de un tiburón o algo parecido. Lo que aquí nos hemos encontrado es una autentica locura propia de una pesadilla.
El oficial que halló al único superviviente, el sospechoso, dice que estaba sentado en un charco de sangre repitiendo una y otra vez:
“Ellos me obligaron, yo no quería, ellos me obligaron”...
Pasado un tiempo el paciente volvió a su estado vegetativo a causa de la suspensión del tratamiento. La única actividad psicomotriz que las enfermeras detectaban en él eran unas convulsiones que le asaltaban durante la noche.
...
ResponderEliminarAntes d nada felicitarte por tu blog, q aun no lo habia hecho.
ResponderEliminarSobre este tema t dire q m acojonaste, q soy una cagoncilla q lo mas tonto a mi m da miedo, jeje.
Te dire q tu relato m hizo imaginarme las escenas perfectamente....
Pienso q en aquellos tiempos podia haber gente q por llevar a cabo sus investigaciones pudieran utilizar personas, incluso llegar a poner sus vidas en peligro, como en este caso. lo q m cuesta mas creer son en aquellas extrañas visitas nocturnas, creo q aquello era fruto d sus fines cientificos, sus experimentos. Aquel pobre hombre se convirtio en un asesino.
Lo que el ser humano puede llegar hacer por tal de tener sus experimentos..
ResponderEliminarYo me pregunto: Y por qué se volcaron con ésta persona hasta llegar al punto de que volviera a nacer de nuevo? y por qué era tan especial que tenía el Dr Guilliam esas grabaciones? era la primera persona que se le hacía ese tipo de recuperación en realidad? no sé no me cuadra..
El que no haya nada escrito sobre ello es muy sospechoso tal y como tu dices pekeño..
Hola, para empezar decirte que me encantan los temas que hasta ahora has tratado.
ResponderEliminarRespecto al tema de hoy añadir que el tal Joseph Mengele o "el ángel de la muerte", fue un médico psiquiatra y sobre todo, uno de los criminales más crueles de la guerra nazi.
Si has llegado a ver la serie "El internado" , se hace referencia a él y a otros médicos alemanes que estudiaban con huerfanos .Como es normal en la seria la imaginación del escritor añadió-cambio varios momentos de esta historia.
joder...que miedito m da to esto....que fuerte me parece que usen la vida de una persona para hacer esta clase de cosas...que de poder salvarle la vida como estaban haciendo acabaron definitivamente con ella y lo dejaran aun peor de lo que estaba...
ResponderEliminarchico,d pm.un bs