Cuando mencionamos o pensamos en la cifra 2012 automáticamente nos viene a la cabeza algún tipo de cataclismo que acaba con la humanidad. Vamos que relacionamos inconscientemente este número con el fin del mundo. Pero… ¿Por qué?
Como ya escribí en el articulo anterior el origen parece estar en el descubrimiento del final de la cuenta larga de Los Maya, no obstante esto no explica totalmente el fenómeno, solo da pie a numerosas preguntas mas… ¿Dónde?, ¿Cuándo?, ¿Cómo? y ¿Por qué?...
¿Qué hizo que la simple teoría de alguien llegase a convertirse en una profecía?
Lo siento, no tengo las respuestas. Me ha sido imposible remontarme hasta el inicio. No he podido seguir las huellas de esta bola que ha ido creciendo y creciendo con los años hasta llegar nuestros días. He encontrado mucha información al respecto pero nada fiable. Nada que pudiera corroborar. Con lo cual lo dicho; no tengo respuestas.
Entonces, ¿ocurrirá algo en el 2012?... ¿Qué dicen los científicos?
En el articulo anterior explique un poco lo que, supuestamente, vaticinaron Los Mayas para esta fatídica fecha y como este vaticinio fue evolucionando con el paso del tiempo. Pues bien, con los científicos sucede lo mismo.
Hace unos años la respuesta a esta pregunta era clara y concisa. No. No ocurrirá nada en el año 2012. Sin embargo en estos momentos la cuestión no tiene tan halagüeña respuesta.
Al parecer la NASA ha descubierto un nuevo enemigo. El Sol. Una poderosa tormenta solar podría alcanzarnos en esta fecha. Y no es descabellado porque ya ocurrió una vez.
En 1958 este fenómeno de máximo solar o solarmax azotó nuestro planeta.
Si ya aconteció y sobrevivimos sin demasiados problemas… ¿Por qué tendríamos que temerlo ahora?
Porque la tecnología en la que esta basada nuestra sociedad actual desaparecería en menos que canta un gallo. En 1958 la energía eléctrica apenas si empezaba a utilizarse por lo que los efectos de la tormenta no afectaron en demasía.
La situación la describe perfectamente ABC.es:
“El escenario podría ser cualquier gran ciudad de Estados Unidos, China o Europa. La hora, por ejemplo, poco después del anochecer de cualquier día entre mayo y septiembre de 2012. El cielo, de repente, aparece adornado con un gran manto de luces brillantes que oscilan como banderas al viento. Da igual que no estemos cerca del Polo Norte, donde las auroras suelen ser comunes. Podría tratarse perfectamente de Nueva York, Madrid o Pekín. Pasados unos segundos, las bombillas empiezan a parpadear, como si estuvieran a punto de fallar. Después, por un breve instante, brillan con una intensidad inusitada... y se apagan para siempre. En menos de un minuto y medio, toda la ciudad, todo el país, todo el continente, está completamente a oscuras y sin energía eléctrica. Un año después, la situación no ha cambiado. Sigue sin haber suministro y los muertos en las grandes ciudades se cuentan por millones. En todo el planeta está sucediendo lo mismo. ¿El causante del desastre? Una única y gran tormenta espacial, generada a más de 150 millones de kilómetros de distancia, en la superficie del Sol.”
No habría electricidad ni agua ni teléfonos ni combustible. De golpe y porrazo nuestra sociedad se vendría a bajo como un castillo de naipes.
Efectivamente esto seria el fin del mundo tal y como lo conocemos.
Este es el artículo completo de ABC.es
Conclusión:
Conforme escribía este artículo intentaba imaginar las consecuencias de este desastre y la verdad es que me asaltó un sentimiento de impotencia y terror. Me parece que este cataclismo, llamémoslo “silencioso” nos dejaría en una situación inédita para la mayoría de las personas que poblamos el planeta. No dejaría verdaderamente solos.
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